El viernes, 2 de octubre de 2020, a la 1:00 de la madrugada, Donald Trump finalmente admitió su estatus de haber sido diagnosticado como positivo de Covid-19 y a pesar de esto un desafiante Trump persigue sus propios objetivos políticos mientras ignora el costo humano y económico de la pandemia, con la Casa Blanca como alarmante foco de infección y los principales 16 asesores y funcionarios junto con todos los generales del estado mayor (Joint Chiefs of Staff) del Pentágono contagiados y en cuarentena. Con la incertidumbre todavía nublando los boletines oficiales sobre la condición del presidente mientras lucha contra el Covid-19 hay desconcierto creciente en Washington por las continuas acciones erráticas e irracionales desde que salió del hospital Walter Reed el lunes, 5 de octubre.
La presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (80 años de edad), aprovechó rápidamente la oportunidad y dijo que la Casa Blanca estaba “en completo caos y hoy, una vez más, el presidente Trump mostró sus verdaderas prioridades al ponerse primero él como lo más importante en lugar de dar la prioridad a la nación, con la total complicidad de los miembros republicanos del Congreso”. “Alejarse de las conversaciones sobre el coronavirus demuestra que el presidente Trump no está dispuesto a acabar con el virus”. En este contexto el presidente, en los últimos días, causo alarma sobre si estaba al tanto de la situación y la realidad.
Un día después de que el presidente regresó del hospital, el médico oficial de Trump, el Dr. Sean Conley, D.O., empezó con una avalancha de boletines diarios de la condición de Trump en el sentido de que “el presidente se siente extremadamente bien” a pesar de que Trump parecía estar luchando para poder respirar después de subir las escaleras hacia el balcón sobre el pórtico sur de la Casa Blanca. Tampoco hay respuestas claras sobre qué tan mal se puso su condición, y los expertos médicos se preguntan por qué se le ofreció al presidente un régimen extremadamente agresivo de tratamientos experimentales reservados solo para los pacientes más enfermos de la pandemia de Covid-19.
Consultado sobre si Trump tiene neumonía, su médico personal, Sean Conley, D.O. dijo el miércoles: “No se nos permite hablar de eso”. ¿Síntomas neurológicos o efectos secundarios de los medicamentos administrados? “Lo verán pronto: ha vuelto” Cabe mencionar que el médico del hombre más poderoso del mundo no es doctor de medicina ya que, como su título: D.O. señala: ¡Él es doctor osteópata! En otras palabras: ¡Sean Conley, D.O. es el equivalente de una combinación de un huesero y un curandero! En la propia Casa Blanca – a través de las manos de Sean Conley - Trump recibió el viernes, 2 de octubre, en forma intravenosa una extrema dosis (8 gramos) de un tratamiento experimental de la empresa biotecnológica Regeneron. Ese tratamiento se basa en dos anticuerpos sintéticos fabricados para suprimir la expansión de Covid-19 y todavía no autorizado para el uso en pacientes en general.
El mandatario también fue sometido a un tratamiento con el antiviral Remdesivir durante los últimos seis días. Ese medicamento procura evitar que el virus se replique y actualmente se limita para pacientes que hayan requerido oxígeno. Desde el sábado, 3 de octubre, Trump está también recibiendo Dexametasona, un fuerte corticoide para enfermedades sumamente severas y hospitalizados por el Covid-19. Ese remedio de la familia de los esteroides causa secuelas como confusión mental, trastornos de percepción y episodios de manía incontrolable. Trump también está recibiendo otros medicamentos y suplementos; entre ellos zinc, vitamina D, famotidina, melatonina y aspirinas.
Los expertos externos a la Casa Blanca se asombran ante la multiplicidad de tratamientos irracionales sin evidencia y es tratado en exceso. El propio Dr. Conley ha hablado de un “territorio inexplorado”. De hecho, se señala que el costo del tratamiento va por encima de los $100,000 usd, costo que definitivamente muy pocos podrían pagar; lo cual despierta en la población cuestionamientos respecto a ¿por qué él sí puede recibir ese tratamiento y otros no?
Surge la pregunta: ¿Qué tan seguro es el mundo en este momento con un presidente irracional y capaz de lanzar misiles nucleares…? Esta es una pregunta retórica que podría estar en las mentes de todos y, sobre todo porque al momento de escribir este boletín se prevé que el presidente Trump llegue al día 6 o 7 dónde podría venir una recaída del mandatario lo cual traería nuevamente incertidumbre en la Casa Blanca.
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Dr. Juan Carlos Botello Dr. Werner G.C. Voigt |
