Por: Leslie Palma Torreblanca
¿Acaso es cierto que la película El niño con la pijama de rayas es el largometraje más conocido acerca del holocausto? ¿Qué tan conocida es?
La película El niño con la pijama de rayas (título original The Boy in the Striped Pyjamas) es un largometraje que fue estrenado en la pantalla grande en 2008 y está inspirado en una novela publicada en 2006 por John Boyne. La historia llevada a la pantalla grande nos muestra a dos niños de la misma edad, pero de diferentes nacionalidades: Bruno (interpretado por Asa Butterfield) es el hijo de un comandante nazi, y Shmuel (interpretado por Jack Scanlon) es un niño Judío. Ambos niños se conocen debido al ascenso del padre de Bruno que obliga, a toda la familia, a abandonar su casa en Berlín y trasladarse a una zona aislada en Polonia, donde Bruno no tiene nada que hacer ni nadie con quien jugar. Muerto de aburrimiento y atraído por la curiosidad, Bruno decide explorar el inmueble en el que viven hasta descubrir un jardín trasero que conduce a unas “granjas” que él puede mirar desde la ventana de su cuarto. El niño hace caso omiso de lo que su madre le advierte (acerca de no ir al jardín trasero) y se dirige hacia la “granja”. Allí conoce a Shmuel, un chico de su edad que vive en un mundo extraño al otro lado de una alambrada. El encuentro de ambos los lleva a adentrarse de la forma más inocente en el mundo de adultos que les rodea, un mundo dominado por el racismo y la violencia que marcaron la Segunda Guerra Mundial.
La película El niño con el pijama de rayas llegó a ser un éxito, fue subtitulada en español, francés, sueco, noruego, danés, finlandés, islandés, portugués, holandés, árabe e hindú. Uno de los aspectos importantes del filme y, quizás, una explicación de su éxito es presentar el Holocausto –el exterminio sistemático de los judíos por los nazis– desde una perspectiva novedosa, es decir, a través de la mirada de dos niños. Otro elemento interesante es poner sobre la mesa el papel de las familias alemanas que, sin participar directamente en el asesinato de miles de personas, prefirieron no investigar o entrometerse en los planes de su gobierno.
Otro de los aspectos rescatables de El niño con la pijama de rayas es que te mete en el ambiente de la Europa de los años de 1933 a 1945. Todos los detalles escenográficos y de vestuario contribuyen a la verosimilitud de la historia. De esta forma, la amistad inocente de los dos niños –el alemán y el judío alemán– tiene un contexto que ayuda a que el espectador entienda las historias que formaron parte del Holocausto y de la guerra. Siempre seguimos a Bruno y compartimos su mirada libre de prejuicios hacia su compañero.
Recomiendo por completo esta película, aunque supongo que son contados aquellos que no la han visto aún pues, como ya lo expliqué, es una de las más representativas en la historia mundial y una de las más emotivas que he visto. La verdad vale la pena verla: el ritmo que mantiene hace que no te despegues de la pantalla hasta el final.