[Expertos comparten su pensamiento e ideología.]
La UPAEP, a través del Decanato de Artes y Humanidades organizó la Jornada de Reflexión “A 40 años de la Conferencia de Puebla y la Primera visita de San Juan Pablo II a México”, la cual tuvo como principal objetivo analizar y dialogar desde distintas perspectivas, las enseñanzas que el entonces dirigente de la iglesia católica dejó a su paso por nuestro país.
A manera de remembranza, el Mtro. David Sánchez Sánchez, Director Académico del posgrado en Estudios Históricos de la UPAEP y Coordinador del Comité Organizador de esta Jornada de Reflexión, enfatizó el interés que Juan Pablo II mostró por participar de manera personal en la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano que se desarrollaría en Puebla.
Por su parte, Exmo. Mons. Alfonso Miranda Guardiola, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Monterrey y Secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano, explicó los temas que se trataron en esa Conferencia, e hizo una comparación con las desarrolladas en Santo Domingo y en Brasil, de lo cual observó que la constante en las distintas Conferencias fue atender prioridades como voltear hacia los pobres, involucrar a los más jóvenes e impulsar la evangelización.
En este sentido el Dr. Emilio José Baños Ardavín, destacó que el documento de Puebla tocó un punto importante referente a la misión de las universidades, en especial las católicas, y del que resaltó los siguientes puntos:
1) Ante la incapacidad del sistema educativo de brindar educación universitaria de calidad para todos los jóvenes, hacer de nuestra universidad, una opción viable y accesible donde el que quiera, pueda estudiar.
2) Ante la secularización de la cultura, promover una misión integral e integradora de los saberes, de la fe y la vida. Ya en nuestras actividades sustantivas, en la docencia, en la investigación y la extensión o también a través de una pastoral universitaria viva y alegre.
3) Ante la lógica de las ideologías proponer la lógica del encuentro, una lógica de la alteridad, y sobre todo, la lógica que se desprende de una visión realista de la persona y su entorno.
4) Ante la tarea insoslayable de formar liderazgos, apostamos por formar constructores de una nueva sociedad para las cuales la civilización del amor no sea una utopía orientativa de su quehacer, sino su carta magna, su motor, su anhelo.
5) Ante los ambientes sociales donde prevalecen estructuras injustas, crear ambientes universitarios acogedores donde cada alumno se sienta valorado, comprendido y motivado, pero sobretodo comprometido a dar lo mejor de sí, a los demás.
6) Por nuestra propia identidad y universidad católica, nos comprometemos a prestar un servicio destacado a la iglesia y a la sociedad a partir de la búsqueda sincera y rigurosa de la verdad para formar personas que sobresalgan por su testimonio de fe ante el mundo. Personas creativas, constructoras de paz, generadoras de soluciones, alegres y comprometidas.
Agregó que las universidades están llamadas a ser escuelas precisamente de comunión, escuelas de diálogo, de encuentro. “El evangelizar es también arriesgar la vida, emprender, transformar, es participar, no podemos ser indiferentes a la vulnerabilidad que nos habita y nos rodea”.
“Aún hay hambre en nuestros pueblos, hambre de paz (…) un hambre que nos interpela como universidad. Participar es sabernos parte de la respuesta que la iglesia quiere dar ante los desafíos que hoy se nos presentan; participar, es tomar parte con valentía y humildad, en esas decisiones para hacer de este mundo un lugar más justo y más fraterno”, finalizó el Dr. Emilio Baños para dar paso a las distintas conferencias que comprende el programa de dichas jornadas.
En el acto inaugural se contó con la presencia del Mtro. Antonio Llergo Victoria, Secretario General; el Dr. Juan Martín López Calva, Decano de Artes y Humanidades; miembros de la Junta de Gobierno, catedráticos y estudiantes.