[En México las cifras muestran que el 75% de los trabajadores lo sufren.]
Las dosis considerables de estrés nos van a ayudar con una actitud comprometida, positiva ante los retos a los cuales nosotros podemos dar respuesta, pero si la intensidad de éste es muy grande y se desborda, nos puede llevar a la fatiga o mejor conocido como “distrés” que puede afectar no sólo condiciones psicológicas sino también físicas, mencionó la Dra. Ana María Herrera Espinosa, catedrática de posgrados UPAEP en el marco del 4to. ciclo de conferencias Encuentros.
“En el mundo existe 314 millones de personas que sufren de estrés, de las cuales el 14% padecen depresión debido a esto, y solamente el 3% puede tener un tipo de asistencia médica o psicológica; para el 2020 de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo y de la Organización Mundial de la Salud, el estrés será la segunda enfermedad en nuestro planeta”.
Agregó que México se posiciona como el país con mayor estrés laboral en el mundo, donde el 75% de los trabajadores lo padecen, por encima de China, Estados Unidos y Japón, siendo que en este último país se han registrado muertes por exceso de trabajo denominado Karoshi.
La OIT define el distrés como la respuesta física y emocional a un daño causado por un desequilibrio entre las exigencias percibidas y los recursos y capacidades percibidos de un individuo para hacer frente a esas exigencias. El estrés relacionado con el trabajo está determinado por la organización del trabajo, el diseño del trabajo y las relaciones laborales, y tiene lugar cuando las exigencias del trabajo no corresponden o exceden de las capacidades, recursos o necesidades del trabajador, o cuando el conocimiento y las habilidades de un trabajador o de un grupo para enfrentar dichas exigencias no coinciden con las expectativas de la cultura organizativa de una empresa, señaló la catedrática.
Destacó que las principales causas de distrés laboral son jornadas laborales extensas, poca flexibilidad de horario, modalidad de trabajo, pocas perspectivas profesionales, estatus definido por el salario y un bajo equilibrio en la relación vida familiar y laboral.
Por su parte el Dr. Juan Carlos Pérez García, Profesor de Posgrados UPAEP, indicó que el estrés puede generar alteraciones a la memoria, generando alguna especie de demencia.
“A medida que tengamos más respuestas anormales, la liberación de serotonina combinada con la liberación de calcio, generará una sobre excitación de las neuronas lo que ocasionará su muerte. Esto, genera lesiones en la memoria lo que quiere decir que a medida que se tenga más estrés, disminuirá la memoria, no de manera drástica sino paulatina”.
Explicó que algunos síntomas físicos que se presentan son falta de concentración, trastornos del sueño, cambios de carácter y algunas veces pérdida de memoria.
Destacó que las acciones que pueden prevenir una disminución en la memoria son: el estudio, leer, actividad física, actividades mentales y sociales, por ello es importante que las instituciones o empresas tengan a bien generar iniciativas de prevención para poder mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.
“Entre las actividades mentales y sociales, destacan el dormir plácidamente, dieta mediterránea, aprender otro idioma, dos copas de vino tinto al día, convivir con gente joven y estar en bajas temperaturas para mejora el funcionamiento cerebral”.
