En tan solo 48 horas las instituciones educativas tuvieron que responder a una migración de un sistema presencia a uno virtual como respuesta a la contingencia sanitaria por COVID-19. Admirable la capacidad de Adaptabilidad que han mostrado estudiantes y profesores: Rectores
“Ha sido un año intenso y vertiginoso, en el que han llegado diferentes problemáticas y como instituciones educativas hemos tenido que dar respuesta, estar a la altura y acompañar a los estudiantes y padres de familia”, admitió Emilio Baños Ardavín, Rector de la UPAEP, durante el espacio de Héctor Rodrigo Ortiz, periodista de Imagen Puebla, a través de un Facebook Live en la página Plandemia.
Refirió que el Covid-19 cimbró a las universidades, y que aún cuando ya se trabajaba en plataformas digitales como es el caso de UPAEP con Blackboard y se habían realizado pruebas piloto para llevar a cabo las clases como hoy se están haciendo, fue en cuestión de 48 horas que se tomó la decisión de migrar todo el sistema presencial a uno virtual.
“Ha sido impresionante la capacidad de adaptación del talento de los profesores y estudiantes ante esta nueva realidad, teniendo en claro la lógica de ir hacia adelante, de estar dispuestos al cambio y de dar lo mejor de cada uno”, mencionó.
Abundó que los profesores y estudiantes han sorprendido a la comunidad universitaria al potencializar al máximo su creatividad al momento de generar experiencias significativas de aprendizaje, “algunos han improvisado representaciones de momentos históricos utilizando lo que tienen en casa, haciendo uso de los recursos que están a su alrededor, además de combinarlo con la tecnología”.
Uno de los retos, explicó ha sido el llevar las prácticas y laboratorios, sin embargo, los profesores han podido llevar a cabo una dinámica de simuladores o incluso de ir desarrollando distintos experimentos con reactivos que se tienen en el hogar.
Ante el cuestionamiento del futuro de la educación, Baños Ardavín señaló que su análisis apunta a que se estará hablando de una educación multimodalidad, en la que se combine lo mejor de los sistemas presenciales y online, además enfatizó que lo más beneficioso de esto es la experiencia internacional, ya que ahora será mucho más sencillo poder interactuar con profesores y estudiantes de todo el mundo, lo que enriquecerá la formación de los educandos.
Explicó que, durante este periodo de contingencia, se han dado muchas experiencias y se han tenido que adaptar procesos y eventos académicos a esta nueva realidad, tal es el caso de la vivencia vocacional UPAEP Foward, la cual permitió presentar a la universidad de una manera diferente, esta llegó a tener un alcance mayor al que se tiene en las vivencias presenciales.
“No cabe duda de que el sector que más se ha visto retado durante esta pandemia es el de la educación y los aprendizajes que se han obtenido no se pueden dejar de lado de una discusión tan importante como lo es la Ley de Educación del Estado, de la cual lamentamos se haya perdido la oportunidad del diálogo, son momentos como este de la contingencia los que nos dejan ver los eslabones débiles del sistema educativo, pero también sus bondades y potencialidades. Hay que voltear la mirada par fortalecer el trayecto educativo”, puntualizó.
Agregó que el reto que hoy se tienen en esta tesitura es el de reflexionar qué es lo mejor para la educación en el estado, se debe de estar en disposición de aprender y comprender el momento actual que vivimos.
“El gran reto que tenemos es ubicarnos en un tiempo de la historia, esto nos ha cimbrado y como generación tal vez sea la única vez que lo vivamos, la gran interrogante es el para qué, este hecho nos reta a vivir el momento intensamente para volver al origen, no al pasado, sino al origen que merece la pena como persona, como comunidades y sociedad; en la medida que lo procesemos para rescatar lo mejor de la humanidad con todos sus aportes y avances científicos habrá valido la pena”, indicó Baños Ardavín.
Reiteró que, si no somos capaces de procesar esto a la luz de cómo ser mejores sociedades a partir de ser mejores personas, y aprovechar el tiempo que la contingencia para verdaderamente reflexionar en ese yo que me puedo dar y puedo construir con otros una mejor sociedad, habrá sido un tiempo perdido.
“Soy optimista de que para el otoño tendremos una sociedad mucho más comprometida, consientes y que valores la posibilidad de encontrarnos y construir juntos”, enfatizó.
Por su parte, José Mata Temoltzin, Rector de la Universidad Anáhuac Puebla, quien también participó en este espacio de diálogo, coincidió con Baños Ardavín en el aspecto que las universidades supieron responder al momento histórico que hoy enfrenta la sociedad, las instituciones educativas han llevado a la práctica la frase de “¿quién dice que no se puede?”
Respecto a la discusión de la Ley de Educación del Estado insistió en que se debieron extraer las mejores experiencias de esta pandemia para poder reflexionar sobre ellas y de esta manera proyectar un mejor sistema educativo en el estado.
Precisó que sin lugar a duda en esta pandemia ha habido de todo, y son circunstancias como esta las que sacan lo peor y lo mejor del ser humano. Hoy existe la oportunidad de salir de la realidad virtual y voltearnos a ver a la realidad personal e individual de cada uno de nosotros, volvernos a tocar y sentir qué es lo verdaderamente importante.
“Estoy seguro de que dentro de estas reflexiones nos hemos podido dar cuenta de cuánto valoramos lo presencia, lo relevante que es ver a las personas que queremos y de adaptarnos a otras realidades; de que podemos vivir con menos cosas y distractores y bajo esa lógica debemos replantearnos qué es lo importante de la existencia. El cambio de la sociedad no se da porque otros lo hagan, se da si cambio yo y este es un buen momento para reflexionar y no regresar a lo mismo y comenzar una revolución social en miras de mejorar”, concluyó.
