La realidad que vivimos como poblanos con la aprobación de la Ley de Educación del Estado y la contingencia sanitaria por el COVID-19 nos ha dejado una serie de enseñanzas que nos invitan a tener una mirada hacia delante para construir una sociedad más justa y solidaria.
Cuando se comparan los hechos con la realidad, las cosas se ponen en su lugar y sin duda esto es lo que ha generado el proceso de la aprobación de la Ley de Educación del Estado de Puebla, así lo reconoció Emilio Baños Ardavín, Rector de la UPAEP, en el espacio radiofónico de Fernando Canales.
“El Congreso le falló a la democracia en el Estado, si se hubiesen llevado a cabo las mesas de reflexión con los primeros actores los padres de familia, los profesores y los actores que participan en la dinámica educativa, esto nos hubiese enriquecido, nos hubiéramos evitado toda esta situación en la que hoy estamos inmersos, hay que mostrarle una salida. Debemos aprender de esta situación, no solo para resolver este proceso legislativo, sino también para próximos”, acotó el Rector.
Enfatizó que, como sociedad, no se puede permitir y los legisladores no se pueden perder la oportunidad de hacer este trabajo de diálogo y escucha que es muy rico, posiblemente un poco más lento, pero seguro, armónico y acorde a las expectativas de la sociedad a la que representan.
Agregó que por falta de diálogo se perdió la oportunidad de enriquecer la ley, así como de incorporar aprendizajes que todos los padres de familia, los educadores y demás están viviendo hoy en la pandemia.
“Son los padres quienes están haciendo frente a esta situación con los hijos en casa, por supuesto en mancuerna con los maestros, desde ahí hay una serie de aprendizajes, tecnologías educativas, carencias en ciertas regiones, temas que hay que apuntalar con los maestros en capacitación, muchísimas cosas que simplemente las pasamos de noche por la prisa de aprobar una ley en poco más de tres días que para una ley de esta envergadura no debió haber sido así”, constató.
En cuanto al tiempo y el espacio de la pandemia, el rector considera que estos conceptos se han redimensionado. Esta reducción en el espacio es una situación en la que hoy no nada más físicamente, sino psicológica y emocionalmente a toda la humanidad la postró, la ubicó en un tiempo perfectamente identificado, todos estamos viviendo el mismo sentimiento de incertidumbre, de no saber exactamente a qué nos enfrentamos.
“Lo que nos permite elevar la mirada es la perspectiva del tiempo, ubicar que este espacio nos ubica en un inicio de un proceso, de un tiempo que va mucho más allá, cómo aprendemos, cómo incorporamos todo esto que sí ha sido difícil pero también muy rico en muchos sentidos. Creo que eso en ese espacio en el que hoy estamos concentrados debe detonar un proceso que va mucho más allá”, explicó.
Abundó que todos los actores y no se diga las universidades tienen algo que decir con todo el talento que hay en sus aulas para ver hacia adelante, encontrar la fórmula para redimensionarnos como sociedad, cómo diseñamos estos espacios de convivencia de nuestras democracias por supuesto, de la economía, de los lazos solidarios e ir hacia adelante.
“No tenemos buenas noticias tenemos que decirlo, esto que está pasando con Estados Unidos y China, lo que está pasando al interior de Estados Unidos dejan ver que hay etapas que pareciera que no acabamos de superar y eso me parece debe abarcar una profunda reflexión y tratar de delinear los trazos de una nueva humanidad de una nueva dinámica social comunitaria. Este espacio nos tiene que servir para poner en orden, redimensionar nuestra vida, nuestro interior, nuestras comunidades, pero para proyectarnos en un tiempo que nos supera queramos o no, pero que debe implicar un nuevo proceso”, puntualizó Baños Ardavín.
Reiteró que no es la primera vez que la humanidad vive algo así, solo que hoy el contexto es distinto y con esto no quiere decir que no va a pasar nada, la humanidad ha aprendido y esto es lo que tiene que servir. Es una oportunidad de volver al origen de lo que nos hace humanos, solidarios, que nos encontremos y queramos encontrarnos con los demás que veamos por los otros y sus necesidades, por esas oportunidades que hay de desarrollo para todos.
“Hay esperanza, la humanidad ha salido de esta y de muchas, pero todo depende de que construyamos un escenario más virtuoso y alentador que nos entusiasme, seguramente hemos ya todos reflexionado que cosas no tenían sentido, que afanes eran verdaderamente desproporcionados, tenemos que ver lo que verdaderamente nos alegra. Necesitamos mirar hacia adelante”, explicó.